Suena Loquillo y su
Cadillac y es la tercera vez que pienso en follarte. Con ése aire nostálgico
que a veces me atrapa, rondándote en casa, y la torpeza de mis manos frías que se mueren por recorrerte de nuevo, la espalda.
Que no hay nada más bello
que el puto encuentro fugaz de tu mirada y la mía al bajar las escaleras de la enredadera
que son tus piernas. Que me tiembla el pecho si ésta noche no te veo, y me reinvento
si puedo, para esquivar cada recodo y colarme dentro. Muy dentro.
Que mi suerte es cada segundo
que he podido robarte y el acariciarte despacio, sin que importase el tiempo ni
el edulcorante. Que me despojo de armaduras y entre tanta espada y carne, me
escuecen las hendiduras y sentirte es mucho más impactante.
Los abrazos son sólo rodeos
de mis ganas, que ya no hay corazas, que no renuncio a mis armas, estoy lista para el
combate.
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