Hay días en los que la
suerte sólo se viste de pereza y si muevo los dedos en el aire sé que es el
cuerpo-piano de Iratxe el que estoy tocando. Algún día le pediré perdón a
Batania por robarle todas las novias y le diré que es culpa del frío, que nos
está cambiando. Que será cosa de locos pero desde que el amor no
cree en mi, Fausto duerme entre cartones en las esquinas de mi calle, en el
metro la gente se enumera sus cánceres como listas de compra y en Oriente...en
Oriente la sorpresa es que hoy no haya muerto nadie.
1 comentario:
Hermoso blog
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