Te echo de menos.
Concretamente, te echo de menos desde que empieza la canción de Devendra
Banhart hasta el fin de la lista casual que es Timber Timbre. Tampoco sé porque
te echo de menos de ésta manera, por qué no me sale echarte de menos con roce
de pantalones, intercambio de chaquetas, con un - ven y dame un beso - o con un
- quédate más rato que estoy en las escaleras de la salida de la clase 104 y me
apetece tocarte el pelo y todo eso que me pasa de quedarme mil vidas por lo
menos pegada a ti, enganchada por la nariz y aspirarte como si fueras parte y
gracia de la última droga de diseño.- Y espero (ojalá) no me hagas explicarte
todo esto, que con las hormonas del revés, me enredo en saber cómo dejar de
creer primero. Como mantra, como chakra, como excusa para el frío de febrero. O
yo que sé. Si algún día supiera lo que quiero, si pudiera traducir tanta
palabrería en un sólo "no preguntes y abrázame", me permitiría dejar la
nostalgia impostada hacia Arrasate para otro día y recuperar, si quisieras,
distancia y algo de fe.
1 comentario:
Echar de menos es de esos misterios de la vida que no tienen mucho sentido pero son y están. Que asco.
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