A Paquita la del barrio que supo despedirse mejor que yo.
Pienso en ti, mi pequeña niña megalómana
en todas esas milongas danzándote alrededor del pelo
en las clases de anatomía que necesitas para reconocerte.
En las de auto-ayuda que necesitarás,
por que te ha pegado un mal viaje el tripi de ego.
Pienso en ti, mi pequeña saurópsida venida a menos
que te convertí en ofrenda a las diosas
y que te he querido tanto (tanto)
que a estas alturas no ya entiendo
que tu magia sólo puede reducirse
a decepcionantes siglos de tiranía (ceniza),
restos de carmín en los portales (desorden)
y arcadas en el pecho (laberinto).
1 comentario:
Los necesitados de tripis de ego comprendemos a la niña megalómana y saurópsida. Pero sabemos que la magia no existe más que en el vuelo de las aves que atraviesan los sueños camino de la India.
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