10 abr 2011
Desierto
Te miro de reojo los martes (que no vendrán) y antes de que articules palabra, sé que como ésas historias a las que se les predice un fácil final, lo he vuelto a hacer: me he abierto en canal. Despiste de media noche. Ni gato pardo ni perra fiel. Yo no quería pero ahí sigues, tambaleando cimientos y demás.
Como es de esperar, lloverán siglos y como la princesa bipolar, seguiré reconociéndote que te quiero como si no me pesara la vida.
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1 comentario:
Que no te pese el querer, no te engañes...
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