Puede que no me acostumbre nunca a que me rompan los sueños. Ni a los esguinces internos que van desde el alma hasta el cerebro. Puede que arrastre esa tendencia suicida de venderme en cada esquina, lanzándole besos hasta al viejo verde que me tiende el cupón, ya sabes, por lo de la suerte del euromillón... A ver si puedo cargarte con razones de peso, que no hablen de tu pelo, ni de cuánto te echo de menos ni de cuándo coño volveremos a vernos.
Para conspiraciones, abril. Ponlo como meta para volver a reír. Apuesto a que estaremos un poco más cuerdos y ya no nos dará miedo mordernos. Calmaré tu hambre feroz, haciendo de tripas corazón.
1 comentario:
Yo también tengo la tendencia suicida de venderme en cada esquina.
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