Fuente: alligatorsgettingup.tumblr.com |
Maldita cabezota, tienes la furia del viento incluso cuando
padeces de luna menguante y te empequeñeces a velocidad luz cada vez que mis
ojos te miran – no te vayas nunca – que 7+8 son 15, no 78.
Dime, ¿cómo me acostumbro a tus manos torpes? ¿A tu quejío a
regañadientes? ¿A éste no reconocerme en mi nombre? Tú y yo que nos
celebrábamos juntas por aquello del fuego en abril y pataletas. En serio,
¿quién sabe? De dónde me invento la entereza, en qué lugar aparece, en qué
momento. ¿Cuánto más tienes que desaparecer en la silla para nombrarte en
abundancia de silencio y huesos y no abuela? Cómo te explico todo esto si me
acerco y te asustas por que quién será esa chica y qué pelo más largo tiene.