Garabatos y exceso de despistes. ¿Cómo no enamorarse de Jiz Lee? Me siento como un pequeño panóptico, que todo lo ve, siempre insaciable y torpe en maneras, disléxico en poder.
Tan bizarro como retroceder a los años 50, sólo para spankear a Betty Page. Acomplejada y sin un duro, pensándote en los probadores del Corte Inglés.