16 abr 2016

Adela

Fuente: alligatorsgettingup.tumblr.com


Maldita cabezota, tienes la furia del viento incluso cuando padeces de luna menguante y te empequeñeces a velocidad luz cada vez que mis ojos te miran – no te vayas nunca – que 7+8 son 15, no 78.

Dime, ¿cómo me acostumbro a tus manos torpes? ¿A tu quejío a regañadientes? ¿A éste no reconocerme en mi nombre? Tú y yo que nos celebrábamos juntas por aquello del fuego en abril y pataletas. En serio, ¿quién sabe? De dónde me invento la entereza, en qué lugar aparece, en qué momento. ¿Cuánto más tienes que desaparecer en la silla para nombrarte en abundancia de silencio y huesos y no abuela? Cómo te explico todo esto si me acerco y te asustas por que quién será esa chica y qué pelo más largo tiene.

2 comentarios:

Joselu dijo...

Creo entender que es tu abuela Adela.

Tienes más poesía en las venas que cien atildados y melifluos profesores de literatura que conozco yo. Poesía de la realidad, no complaciente, abierta en canal, directa como un puñetazo en la sien, coloquial, auténtica.

Lo siento por ella. Y por ti. Que os reíais tanto juntas.

m. dijo...

Uf. Se me clavan tus palabras...

Dice Manuel Rivas que la memoria es nuestro hogar nómada, que los recuerdos siguen la estrategia de la luz -siempre hacia adelante-...

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"Hay un dolor parecido al dolor de muelas, a la pérdida física, y es perder algún recuerdo que queremos. Esas fotos imprescindibles en el álbum de la vida. Por eso, hay una clase de melancolía que no atrapa, sino que nutre la libertad.Y en esa melancolía, como espuma en las olas, se alzan los sueños."

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Gracias por compartir la tuya... :)

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